En la fotografía no todo es resolución ni velocidad. A veces, el alma de una cámara está en cómo se siente al usarla, en la forma en que traduce la luz en colores, o en lo fácil que es simplemente salir con ella al cuello sin planificar mucho. Eso es justo lo que me pasó con dos cámaras muy diferentes: la Canon PowerShot G1 X y la Olympus E-520.
Ambas tienen sus años, ambas tienen personalidad, y lo mejor de todo… aún tienen mucho que dar.
Canon G1 X: sensor grande, alma compacta
La G1 X llegó como una rareza: una compacta con un sensor casi del tamaño APS-C. Con sus 14 MP en un sensor de 1.5” CMOS, esta cámara fue el intento de Canon por romper el molde de las compactas tradicionales.
Y sí que lo logró.
Es una cámara que entrega colores limpios, detalle nítido y un rango dinámico muy respetable. Su lente fijo 28–112 mm equivalente es más que suficiente para calle, retrato y hasta algo de paisaje. ¿Lo mejor? Está integrada, así que no tienes que preocuparte por cambiar nada. Es sacar, disparar y listo.
Con un diseño robusto, controles accesibles y un visor óptico decente (aunque algo limitado), la G1 X es perfecta para quien quiere calidad DSLR sin cargar una DSLR.
Olympus E-520: una DSLR para los que disfrutan el proceso
La E-520 es una DSLR del tipo que ya no se hace: compacta, liviana y con esa calidad Olympus que se siente en los colores y en el tacto.
Su sensor Four Thirds de 10 MP no compite en tamaño con el de la G1 X, pero es suficiente para obtener buenas tomas con los lentes adecuados. Personalmente, he usado el kit Zuiko 14-42 y también lentes manuales adaptados, y la cámara responde bien, especialmente en condiciones de luz controlada.
Tiene algo que se valora mucho hoy: estabilización en el cuerpo, un buen visor óptico, y la libertad de jugar con cristales antiguos gracias a la montura Four Thirds. Y aunque el ISO se queda algo corto comparado con sensores más modernos, el color y el detalle en buenas condiciones siguen siendo encantadores.
Comparativa directa: G1 X vs E-520
Característica
Canon G1 X
Olympus E-520
Sensor
1.5” CMOS, 14 MP
Four Thirds Live MOS, 10 MP
ISO alto
Muy usable hasta 1600
Limitado a 400–800
RAW
Flexible y limpio
Menor rango dinámico
Lente
Fijo 28–112 mm f/2.8–5.8
Intercambiables (Four Thirds)
Estabilización
No
En el cuerpo
Tamaño
Compacta, robusta, discreta
DSLR liviana
Feeling
Urbana, lista para todo
Más control, más artesanal
¿Con cuál me quedo?
Ambas son geniales, pero diferentes. La Canon G1 X es para el fotógrafo que quiere llevar una cámara lista para cualquier ocasión, sin comprometer calidad. Es la que metes en la mochila en un viaje corto, o con la que sales a caminar por la ciudad y vuelves con fotos que sorprenden.
La Olympus E-520, en cambio, es para quienes disfrutan del proceso fotográfico: montar el lente, ajustar el enfoque, pensar la toma. Es más reflexiva, más pausada… pero también más creativa.
Y como todo en la fotografía, no se trata de cuál es “mejor”, sino cuál te inspira más.
Hay cámaras que te sorprenden por lo que hacen, y otras que simplemente te invitan a salir, sin pensar demasiado. La Canon G12 y la Olympus E-520son dos clásicos que hoy parecen vivir una segunda juventud entre quienes buscamos ese “algo” especial más allá de los megapíxeles.
He usado ambas. Y aunque cada una tiene sus fortalezas, lo cierto es que la experiencia con ellas es radicalmente distinta. Aquí te cuento cómo se sienten y por qué ambas merecen un espacio en la mochila… o en el corazón.
La Canon G12: el encanto del CCD en formato de bolsillo
La Canon G12 no fue pensada para competir con las DSLR. Pero en la práctica, y especialmente para quien sabe lo que busca, es una pequeña joya.
Su sensor CCD de 10 megapíxeles ofrece ese look nostálgico que muchos fotógrafos extrañamos: colores más densos, negros profundos, y un contraste que te hace decir “wow” sin pasar por Lightroom.
Es cierto, el sensor es pequeño (1/1.7”) y el ruido aparece rápido a partir de ISO 400, pero a cambio tienes una cámara robusta, compacta, con una lente versátil (28-140 mm equivalente), controles físicos que invitan a tomarte tu tiempo, y una ergonomía deliciosa. La puedes llevar en el bolsillo de la chaqueta o colgarla al cuello sin que te pese.
Es la cámara que siempre te acompaña… y te premia por hacerlo.
La Olympus E-520: una DSLR liviana que no te pone límites
Por otro lado, la Olympus E-520 representa esa época en que las DSLR no eran tan pesadas ni tan pretenciosas. Sensor Cuatro tercios de 10 MP, estabilización en el cuerpo, y la posibilidad de usar toda la línea de lentes Zuiko, o incluso adaptarle cristales vintage.
Lo primero que sientes al tomarla es que está hecha para durar. El grip es firme, los menús son simples, y el obturador suena con autoridad. Si tienes un buen lente (yo la he usado con el Zuiko 14-42 mm y también con el 40-150), las fotos tienen buen detalle y nitidez.
Y si te gusta experimentar, esta cámara es una puerta abierta: puedes montar lentes manuales con adaptadores, usarla con flashes externos, y jugar con la exposición como en los viejos tiempos.
Canon G12 vs Olympus E-520: cara a cara
Característica
Canon G12
Olympus E-520
Sensor
1/1.7” CCD, 10 MP
Four Thirds Live MOS, 10 MP
Color
Vibrante, nostálgico
Neutro, editable en RAW
Lente
Fijo 28–140 mm equivalente
Intercambiables (Four Thirds)
Portabilidad
Muy compacta
DSLR liviana
Controles
Ruedas físicas, muy intuitiva
Menú DSLR, personalizable
Estilo de uso
Callejera, discreta, urbana
Versátil, controlada, técnica
¿Con cuál me quedo?
Ambas tienen un lugar en mi estantería. La Canon G12 es esa cámara con la que sales a caminar sin rumbo, pero vuelves con fotos que cuentan historias. La Olympus E-520 es la que uso cuando quiero pensar, probar distintos lentes, y componer con calma.
Son cámaras que no compiten, se complementan. Una es poesía urbana; la otra, estructura clásica.
Y eso es lo bonito de la fotografía digital de esa época: no todo era “más megapíxeles”. A veces, lo que te hace quedarte con una cámara es simplemente cómo te hace sentir cuando la usas.
Paracas no decepciona. El viento sopla parejo casi todo el año, y cuando cae la tarde, la luz se pone alucinante. Me fui unos días con la idea de relajarme, hacer algo de kitesurf y desconectarme. Pero me llevé la Olympus E-520 con el Zuiko 40-150mm “por si acaso”, y al final no pude evitar sacar la cámara.
Vista general del spot de kitesurf, velas en el aire, polvo en suspensión
Atardecer en Paracas. Las condiciones estaban perfectas: viento constante, buena luz y cometas por todos lados.
Fotografiar a contraluz
Busqué ubicarme con el sol detrás y el mar al frente. Activé el modo RAW, usé ráfaga (limitada, pero útil si apuntas bien), y enfoqué manualmente a una distancia media. Solo quedaba esperar a que algún rider cruce por el encuadre en el momento justo.
Rider recortado en contraluz, con halo de polvo y luz
Una silueta bien marcada y ese brillo en el aire. Paracas se lució.
Ese polvo fino que flota por el aire le da un toque especial a las fotos. Hace que la luz se difunda distinto, más suave, con un efecto casi cinematográfico. No necesitás tener el último equipo si sabes usar lo que tienes a tu favor.
Edición en OM Workspace
De regreso, abrí los RAWs en OM Workspace. Bajé un poco las altas luces, levanté apenas las sombras para no perder la sensación de contraluz, y ajusté claridad y microcontraste para resaltar detalles.
Comparación antes/después o recorte de detalle procesado
El archivo RAW de la E-520 tiene lo suyo si se expone bien. No hay que subestimarla.
¿Y la cámara?
La Olympus E-520 no es rápida, no tiene enfoque moderno ni todas esas cosas nuevas. Pero si sabes cómo sacarle el jugo, responde bien. El lente Zuiko 40-150mm me dio el alcance ideal para capturar la acción sin meterme al agua.
Rider en acción o salto capturado con 150mm
Buen alcance, buena luz, y paciencia. Así sale.
Cierre
Paracas es ideal para los que practican kitesurf, pero también es un excelente lugar para practicar fotografía de acción. Con viento parejo, una luz dorada y un entorno limpio, tienes todo para lograr buenas tomas. No necesitas el último modelo de cámara, solo conocer bien la que tienes y estar listo para disparar cuando la escena se pone buena.
En un mundo dominado por cámaras sin espejo y sensores full-frame, hablar de una DSLR de hace más de una década puede parecer un ejercicio nostálgico. Pero la Olympus E-520 no es solo una reliquia: es una herramienta que todavía puede dar resultados interesantes si sabés lo que estás buscando.
La tengo en mis manos desde hace poco, de hecho desde hace un par de semanas, la vi en Facebook Marketplace y no me resistí a comprarla y esto es lo que encontré.
Diseño y ergonomía
La E-520 es compacta para ser una DSLR. A diferencia de otros modelos de su época, no se siente como un ladrillo. El agarre es firme y cómodo, y los botones están bien ubicados. Tiene un aire robusto, sin llegar a ser pesada. El visor es óptico, claro, y si vienes de una mirrorless puede parecerte chico, pero cumple su función sin problemas.
Resistencia y durabilidad: ideal para llevar a todos lados
Una de las cosas que más valoro de esta cámara es lo bien que aguanta el uso real. La Olympus E-520 está bien construida, con un cuerpo que, aunque no es sellado contra clima extremo, soporta muy bien el desgaste diario y los traslados constantes. La pienso usar en viajes por ciudad, o por el internor de mi querido Perú, campo, Andes y posiblemente amazonia. No tiene partes móviles frágiles ni botones flojos, y el obturador sigue funcionando como el primer día. Es una cámara que puedes meter en la mochila sin miedo. No es delicada ni necesita cuidados especiales más allá de lo básico.
Sensor y calidad de imagen
Estamos hablando de un sensor Live MOS de 10 megapíxeles en formato 4/3. Suena limitado hoy en día, pero si disparas en buenas condiciones de luz, el resultado es más que decente. Los colores tienen ese clásico look Olympus: tonos cálidos, con buen contraste.
A ISO 100-400 se comporta bien. A partir de ahí, el ruido aparece y no es tan agradable. Esta no es una cámara para usar de noche sin trípode.
El look “CCD”: Colores con alma
Aunque técnicamente no usa un sensor CCD sino un Live MOS, la E-520 ofrece una estética que muchos asociamos con la era de los CCD. Las fotos tienen una tonalidad más natural, colores menos procesados y una textura más orgánica. Los rojos y azules, en particular, se ven intensos sin llegar a parecer artificiales. No es esa nitidez clínica de las cámaras modernas, sino algo más suave, más atmosférico.
La desventaja es que en condiciones de poca luz, el sensor no levanta bien los ISO altos y el rango dinámico es limitado. Para mi caso especifico, no la pienso usar en situaciones de poca luz. Pero si haces foto con buena luz y mides bien la exposición, las imágenes que salen de esta cámara tienen un carácter único que se pierde en muchos sensores actuales.
Sistema de enfoque
Tiene un sistema de enfoque por detección de fase con 3 puntos cruzados. No es veloz, pero si haces fotografía tranquila –paisaje, retrato, objetos estáticos–, es más que suficiente. El Live View, aunque lento comparado con lo actual, fue innovador en su momento.
La semana pasada hice un viaje a Paracas, y estuve en un evento de kitesurf, si bien no es el mas rápido, puedes componer y recomponer y tirar ráfaga de tiros. En este articulo lo comento y verán los resultados.
Estabilización y extras
Un punto fuerte de la E-520 es su estabilización en el cuerpo, algo que incluso muchas cámaras actuales no ofrecen. Esto te da ventaja con lentes antiguos o manuales. Además, el sistema Olympus de reducción de polvo funciona bien: el sensor se mantiene limpio incluso en condiciones donde otras cámaras fallan.
Batería: Resistente como tanque
La Olympus E-520 usa una batería BLS-1 de ion de litio, y aunque ya tiene sus años, sigue rindiendo bien. En mis pruebas, saqué más de 400 disparos con una sola carga, usando el visor óptico y sin abusar del Live View (que consume bastante más). No tiene carga por USB, pero el cargador original es confiable. Con una batería extra, estás cubierto para todo el día.
Memorias: CompactFlash + xD
Acá se nota la época. La E-520 guarda las fotos en tarjetas CompactFlash o xD-Picture Card. Las CF todavía se consiguen y son bastante estables. Las xD, en cambio, son lentas y caras para lo que ofrecen. Lo recomendable es usar CF de 4 a 8 GB, que es más que suficiente si disparás en JPEG o RAW moderado. No es lo más moderno, pero funciona sin dramas.
En este articulo te hablo de los nuevos adaptadores CF y como te pueden ayudar
Lentes incluidos: Sorprenden por su calidad
La mayoría de los kits de la Olympus E-520 venían con dos lentes Zuiko que, a pesar de ser básicos, rinden muy bien:
Zuiko Digital 14-42mm f/3.5-5.6: este lente cubre el rango estándar equivalente a un 28-84mm en full frame. Es liviano, nítido y muy versátil. Ideal para calle, retrato, viajes o fotos del día a día, es decir, el caso en el que planeo usarlo. No tiene una apertura rápida, pero en condiciones de buena luz se comporta de forma excelente. El enfoque es suave y bastante preciso.
Zuiko Digital 40-150mm f/4-5.6: este teleobjetivo compacto equivale a un 80-300mm. Es sorprendentemente liviano, lo que lo hace ideal para llevarlo a cualquier lado. Sirve muy bien para fotografía de naturaleza, eventos deportivos o retratos con fondo desenfocado. Tiene buena nitidez en todo el rango y, junto con la estabilización del cuerpo, da resultados más que decentes incluso a mano alzada. En mi articulo sobre kitesurf te muestro los resultados.
Ambos lentes están construidos mayormente en plástico, pero no se sienten frágiles. Y lo mejor: son livianos y fáciles de transportar. Para alguien que empieza o que busca un equipo económico y funcional, este combo es una gran puerta de entrada. O para los que no queremos equipos voluminosos, vengo de usar Nikon D300s, Nikon D2x con lentes 80-200 f/2.8 y aparte de ser voluminoso pesa al caminar.
Conclusión
La Olympus E-520 no compite con las cámaras actuales en especificaciones, pero tiene carácter. Es una cámara ideal para quienes disfrutan del proceso, para aprender fotografía sin distracciones, o como segundo cuerpo barato que todavía entrega buenos resultados. Si encontrás una en buen estado y con los dos lentes originales, es una combinación que todavía tiene mucho para ofrecer.
Y si te gusta viajar con poco peso pero quieres una cámara confiable que tenga un look distinto, esta Olympus puede sorprenderte.
Algunas de mis fotos aquí, tomadas en Paracas, Peru