Etiqueta: fotografía arquitectónica

  • Lima Cálida y Vertical: Una Noche con la Nikon D2x

    Lima Cálida y Vertical: Una Noche con la Nikon D2x

    Salir a fotografiar de noche en Lima es un ejercicio de paciencia, mirada y cierto romanticismo. Las luces amarillas, los balcones que guardan siglos de historia, y ese cielo ligeramente anaranjado que refleja la humedad costera… todo está ahí, esperando a ser retratado con calma. Esta vez, me llevé la Nikon D2x, una cámara robusta, con ese sensor CCD que tanto me gusta por su forma única de tratar los colores cálidos.

    Me acompañó un lente kit Nikkor 18-55mm, nada del otro mundo, pero que sorprende cuando se le exige desde el encuadre. Para esta sesión, quise destacar las líneas verticales de la arquitectura limeña, especialmente de la Catedral de Lima y sus balcones coloniales. Y como toque final: usé un filtro estrella, que convirtió cada farola en una explosión luminosa digna de postal.

    Técnica, textura y color

    Monté la cámara en trípode, disparé con exposiciones largas, y dejé que la escena fluyera. Cada imagen fue luego trabajada en Adobe Lightroom, buscando resaltar esa calidez típica de las noches limeñas. No se trataba de dramatizar, sino de encontrar ese punto en el que la fotografía se vuelve casi pintura: detalles en las piedras, luces difusas, destellos de faroles convertidos en estrellas.

    Me interesaba también capturar el paso del tiempo. Por eso, dejé que algunos autos dejaran sus trazos de luz. Esas líneas en movimiento son como una firma: Lima no duerme del todo, y su historia continúa, incluso de noche.


    Cámara: Nikon D2x
    Lente: Nikkor 18-55mm f/3.5-5.6 (kit)
    Accesorios: Trípode, filtro estrella
    Técnica: Exposición prolongada, enfoque en líneas verticales
    Edición: Adobe Lightroom
    Ubicación: Centro Histórico de Lima, Catedral de Lima
    Fecha: Salida nocturna sin fecha, pero con intención

  • Luces y Suspiros: Barranco de Noche con la Nikon D80

    Luces y Suspiros: Barranco de Noche con la Nikon D80

    Hay algo especial en Barranco de noche. Ese aire bohemio que no se apaga, esas luces cálidas que parecen sacadas de un recuerdo, y ese silencio que solo se rompe con el clic del obturador. En una de esas noches decidí salir ligero, solo con mi fiel Nikon D80 y el clásico lente de kit 18-55mm. Nada más. Lo justo para capturar la esencia del lugar sin distraerme con el equipo.

    La caminata comenzó en la Biblioteca de Barranco, aquel dia de Noviembre de 2009, ese edificio elegante que siempre me pareció un tesoro escondido. Bajo la tenue iluminación pública, su fachada se volvía casi etérea. Jugué con las sombras, los reflejos y la composición, buscando destacar sus líneas coloniales sin perder el carácter íntimo del entorno.

    Seguí bajando hasta el famoso Puente de los Suspiros. Pocas veces lo había visto tan tranquilo. Sin turistas, sin apuro. Solo una pareja sentada en silencio y yo, tratando de capturar ese instante suspendido en el tiempo. Opté por una velocidad baja, trípode en mano, y aproveché el leve reflejo de las luces sobre el empedrado mojado para darle profundidad a la escena.

    La Nikon D80, a pesar de su edad, se portó como una campeona. Su sensor CCD sigue teniendo esa magia en las sombras y los colores nocturnos que muchas cámaras modernas han perdido. Sí, no es la mejor en ISO alto, pero cuando uno conoce su cámara, sabe hasta dónde puede empujarla sin romper la estética.

    De vuelta a casa, abrí las tomas en Lightroom. Solo necesité algunos ajustes suaves: levantar un poco las sombras, recuperar luces, y dejar que la atmósfera hablara por sí sola. No se trataba de perfección, sino de transmitir cómo se sentía Barranco esa noche: melancólico, sereno, lleno de historia y poesía.

    Fue una sesión sin expectativas técnicas, pero con mucha conexión emocional. A veces, salir con lo básico te recuerda por qué comenzaste a fotografiar.

    Haz click en la imagen para ampliar

  • Claustros de la Compañía de Jesús – Donde el tiempo se detiene en Arequipa

    Claustros de la Compañía de Jesús – Donde el tiempo se detiene en Arequipa

     A solo unos pasos de la Plaza de Armas, en pleno corazón del centro histórico de Arequipa, se encuentra uno de esos lugares que parecen haber escapado al paso del tiempo: los Claustros de la Compañía de Jesús. Aunque a primera vista podrían pasar desapercibidos entre el ritmo agitado del turismo y el comercio, basta con cruzar sus arcos para entrar en un mundo de silencio, piedra y luz.

    Un poco de historia

    La historia de este lugar comienza en el siglo XVII, cuando los jesuitas llegaron a Arequipa y levantaron uno de los complejos arquitectónicos más notables de la ciudad. La iglesia principal y sus claustros fueron construidos con sillar blanco, una piedra volcánica porosa y ligera que define la estética de la ciudad y le da ese carácter único, casi etéreo.

    Tras la expulsión de la orden en el siglo XVIII, el uso del recinto fue variando con los años. Hoy en día, los claustros albergan galerías de arte, tiendas de artesanías finas y agencias de viajes. Sin embargo, su esencia permanece intacta: los patios siguen envueltos en una calma casi monástica y los muros de piedra continúan narrando su historia a quienes se detienen a mirar con atención.

    La arquitectura que habla

    El conjunto destaca por sus arcos de medio punto, columnas toscanas y cornisas delicadamente talladas a mano. En algunos muros, se pueden observar detalles ornamentales florales y geométricos esculpidos directamente en el sillar. La luz que entra por los corredores cambia a lo largo del día, proyectando sombras suaves que realzan aún más la textura de la piedra.

    Cada rincón invita a detenerse, a mirar, a respirar más lento. Es un lugar que, más que fotografiarse, se contempla.

    Mi mirada a través del lente

    Durante mi corta estancia en Arequipa, este fue uno de los sitios que más me impactó. Armado con mi fiel Nikon D2x y un lente Nikkor 18-55 mm, intenté capturar la serenidad de los claustros y su riqueza de detalles. Algunas de las fotos que verás en la galería fueron disparos únicos, casi instintivos. Otras, como las panorámicas del final, fueron necesarias para abarcar la amplitud del espacio, ya que mi lente no daba más de sí.

    Revelé las imágenes con Photoshop, aplicando ajustes de color suaves y usando filtros de Nik Software para realzar las texturas sin traicionar la luz original del lugar. No se trataba de embellecer, sino de respetar lo que ya era bello por sí mismo.

    Una galería para perderse

    A continuación encontrarás la galería con las imágenes que tomé durante mi visita. Cada una está pensada para transmitir el ambiente tranquilo y casi espiritual que envuelve a este lugar. Ojalá logren transmitir, al menos en parte, la sensación de estar ahí.

    D-_Documents-and-Settings_mgarcia_Mis-documentos_Mis-imágenes_068_DSC_0268
    DSC_0283
    DSC_0308
    Untitled_Panorama5
    Untitled_Panorama7
    DSC_0264
    Untitled_Panorama6
    DSC_0307
    DSC_0284
    DSC_0309