Nikon F-601: Una SLR que Merece Más Reconocimiento

Hoy, es fácil olvidar lo que una buena cámara de rollo puede ofrecer. Pero basta con cargar un rollo de 36 exposiciones y escuchar ese inconfundible clic del obturador mecánico para recordar por qué muchos seguimos volviendo al mundo analógico. La Nikon F-601 (conocida también como N6006 en algunos mercados) es uno de esos cuerpos que no suelen llevarse los titulares, pero que saben hacer bien su trabajo… muy bien.

Diseño robusto y electrónico a la vez

Lanzada en 1990, la F-601 fue parte de esa generación de cámaras que intentaban lo mejor de dos mundos: la precisión electrónica sin sacrificar la sensación de una SLR mecánica. Su cuerpo no es tan liviano como el de una FM2, pero sí mucho más ergonómico y moderno. Tiene una buena empuñadura, controles fáciles de acceder y una pantalla LCD superior que te dice justo lo que necesitas.

¿Lo mejor? Usa lentes Nikon con montura F, lo que significa acceso a una enorme gama de cristales de calidad. Desde un sencillo 50mm f/1.8 hasta un 35-70mm con autofoco, todo cabe y todo funciona (dependiendo del modelo de lente, claro).

Enfoque automático que aún se defiende

No esperes un sistema de enfoque como el de una cámara mirrorless moderna, pero para su época, el AF de la F-601 era rápido y confiable. Perfecto para retratos callejeros, fotografía de viajes y hasta algo de acción si sabes anticiparte. El autofoco es de un solo punto, pero preciso. Si vienes del mundo digital, quizás necesites un par de rollos para acostumbrarte, pero pronto le tomarás el ritmo.

Modos para todos los gustos

La F-601 puede usarse en modo completamente manual, prioridad de obturación, prioridad de apertura y programado. Esta versatilidad la hace ideal tanto para principiantes como para fotógrafos más experimentados. Y con velocidades de obturación que van de 30 segundos a 1/2000s, más sincronización de flash a 1/125s, no te quedarás corto.

Batería y flash incorporado

Funciona con dos baterías CR123A, lo cual puede parecer un poco incómodo hoy, pero son fáciles de conseguir y duran bastante. Además, trae flash integrado, ideal para situaciones espontáneas o de baja luz, aunque probablemente querrás usar uno externo para un mejor resultado estético.

¿Y cómo rinde?

La Nikon F-601 destaca por su fiabilidad. Si la combinas con un buen lente y una película adecuada, puedes obtener imágenes con un rango dinámico amplio, gran nitidez y colores vibrantes. Todo, por supuesto, con ese look analógico que tanto buscamos.


Conclusión: ¿Vale la pena?

Totalmente. La Nikon F-601 puede ser la compañera perfecta para quien quiere iniciarse en la fotografía analógica sin complicaciones. No tiene la fama de otras Nikon de su época, pero precisamente por eso se consigue a buen precio en el mercado de segunda mano. Es una cámara noble, cumplidora, y con esa personalidad electrónica-nostálgica que tantos buscamos hoy.