Autor: nettix

  • MacBook Air 2017: Tu Compañera de Viajes Vintage que Sigue Dando Guerra en 2025

    MacBook Air 2017: Tu Compañera de Viajes Vintage que Sigue Dando Guerra en 2025

    la MacBook Air 2017 con procesador Intel se mantiene como una opción confiable y accesible para quienes buscan una laptop ligera y funcional para sus viajes.​


    Portabilidad y Diseño

    Con un peso de aproximadamente 1.35 kg la MacBook Air 2017 es fácil de transportar, ideal para quienes están en constante movimiento. Su carcasa de aluminio no solo le da un aspecto elegante, sino que también proporciona durabilidad para resistir los rigores del viaje.​

    A diferencia de otros teclados de laptops, el teclado de esta Macbook Air es uno de los mas confortables que he usado hasta el momento. Muy suave, preciso y no hace mucho ruido al usarlo.


    Autonomía excepcional

    Uno de los puntos fuertes de este modelo es su autonomía. A mi me duraba aprox 4 horas antes de volverla a cargar, puedes trabajar, ver películas o navegar por internet durante largos trayectos sin preocuparte por encontrar un enchufe. Esto la convierte en una opción confiable para vuelos largos o jornadas extensas fuera de casa. ​


    Rendimiento Adecuado

    Equipada con un procesador Intel Core i5 de quinta generación, 8 GB de RAM y un SSD rápido, la MacBook Air 2017 ofrece un rendimiento sólido para tareas cotidianas como navegación web, procesamiento de textos y edición ligera de fotos. Aunque no es la más potente del mercado, cumple con creces para el usuario promedio.

    ​Aunque ya esta un poco desactualizada, sigue teniendo poder para llevarla a todos lados. En mi caso la. actualice por una Macbook Air M1, en donde la autonomia y la camara frontal son superiores. Aun asi, esta Macbook Air sigue siendo muy competitiva para 2025.


    Conectividad sin Complicaciones

    A diferencia de modelos más recientes, esta MacBook Air incluye puertos USB-A, un lector de tarjetas SD y el conector MagSafe para carga. Esto significa que no necesitas adaptadores adicionales para conectar tus dispositivos, lo cual es una ventaja significativa cuando estás de viaje y cada accesorio cuenta. ​


    Pantalla Funcional

    La pantalla de 13.3 pulgadas con resolución de 1440×900 píxeles no es Retina, pero ofrece una calidad de imagen aceptable para la mayoría de las tareas. Si bien no es la mejor opción para trabajos que requieren alta precisión en color o detalle, es suficiente para uso general y entretenimiento.​


    Una Inversión Inteligente

    En el mercado de segunda mano, la MacBook Air 2017 se encuentra a precios accesibles, lo que la convierte en una opción atractiva para quienes buscan una laptop confiable sin gastar demasiado. Su combinación de rendimiento, portabilidad y duración de batería ofrece una excelente relación calidad-precio. ​


    Conclusión: Una Compañera Fiel

    La MacBook Air 2017 puede no ser la más moderna, pero su equilibrio entre funcionalidad y portabilidad la mantiene relevante. Para el viajero que valora la fiabilidad y la simplicidad, esta laptop sigue siendo una compañera de viajes digna de consideración.

  • iPhone 13 Mini: El Teléfono Compacto Más Potente de Apple

    ¿Buscas un iPhone potente, de tamaño compacto y con diseño premium? El iPhone 13 mini sigue siendo una de las mejores opciones para quienes prefieren comodidad sin sacrificar rendimiento. En este análisis te cuento mi experiencia personal con este pequeño gigante de Apple.

    Diseño compacto, elegante y muy práctico

    El iPhone 13 mini tiene un diseño minimalista y elegante, con cuerpo de aluminio y bordes planos. Su tamaño de 5.4 pulgadas es ideal para quienes buscan un celular que realmente entre en cualquier bolsillo y pueda usarse con una sola mano. Es ligero, cómodo y no cansa al usarlo por largos periodos.

    Pantalla OLED con excelente calidad visual

    A pesar de su tamaño, la pantalla Super Retina XDR del iPhone 13 mini ofrece colores vivos, gran contraste y nitidez impresionante. Ver contenido multimedia como Netflix o YouTube es una experiencia muy agradable, gracias a su resolución de 2340 x 1080 píxeles y compatibilidad con HDR10 y Dolby Vision.

    Rendimiento de gama alta con el chip A15 Bionic

    El procesador A15 Bionic, el mismo que usan los modelos mayores de la serie 13, permite que el iPhone 13 mini funcione con total fluidez. Apps pesadas, juegos exigentes o edición de fotos y videos se ejecutan sin esfuerzo. Además, viene con iOS 15 (actualizable), lo que garantiza soporte y actualizaciones por varios años.

    Cámaras que sorprenden en su tamaño

    El iPhone 13 mini tiene un sistema de doble cámara trasera de 12 MP (gran angular y ultra gran angular), con excelente calidad fotográfica incluso en condiciones de poca luz. El modo noche, los retratos y los videos en 4K con estabilización óptica lo hacen ideal para redes sociales, viajes o incluso para grabar vlogs.

    Batería: el único punto débil

    La batería es suficiente para un uso moderado. Si usas muchas apps, GPS o grabas video en 4K, podrías necesitar una recarga durante el día. Pero para quienes no son usuarios intensivos, el rendimiento es aceptable y mejora si se gestiona bien el brillo y las apps en segundo plano.

    ¿Vale la pena el iPhone 13 mini en 2025?

    Sí, y mucho. Si encuentras el iPhone 13 mini en buen estado o reacondicionado, es una excelente compra para quienes valoran la portabilidad y la potencia. No hay otro teléfono tan pequeño con este nivel de rendimiento. Sigue siendo una joya en el mundo de los smartphones compactos.

  • Playa Roja, Paracas: Un Paisaje Irreal Capturado con mi Nikon D2x

    Playa Roja, Paracas: Un Paisaje Irreal Capturado con mi Nikon D2x

    No hay filtro que se le compare. La naturaleza decidió pintar una playa con tonos que parecen salidos de otro planeta, y ahí estaba yo, con mi Nikon D2x al hombro y el modesto pero confiable lente de kit 18-55mm, listo para capturar ese instante en que el desierto se encuentra con el mar.

    Un destino que no parece real

    Paracas siempre me pareció un lugar distinto, casi sagrado. Pero Playa Roja… Playa Roja es otra cosa. Es de esos paisajes que uno no se espera encontrar en Perú. El contraste del rojo del litoral con el azul del Pacífico y los acantilados ocres parece una pintura surrealista.

    Recuerdo que aquel día, 21 de Mayo de 2011, el viento era fuerte, típico del desierto costero, y el cielo estaba parcialmente nublado, lo cual fue perfecto para resaltar los colores sin que el sol los lavara.

    La cámara, el momento y el encuadre

    La Nikon D2x, a pesar de su edad, sigue siendo una joya. Su sensor CCD capta los colores con una riqueza que las cámaras modernas muchas veces intentan emular con filtros. El lente de kit no es el más nítido, pero tiene algo que aprecio: ligereza, versatilidad y una suavidad agradable en los bordes, que en este tipo de escenas, me parece que le suma más que le resta.

    Usé configuraciones simples: ISO 100, velocidad rápida para congelar el oleaje, y apertura intermedia para mantener nitidez sin perder esa profundidad natural. El resultado, dos fotos que se volvieron de mis favoritas de ese viaje.

    Reflexión final

    A veces creemos que necesitamos el equipo más moderno, pero lo cierto es que una buena foto nace primero del ojo, y luego de la cámara. Playa Roja me recordó eso. Que incluso con un lente sencillo, una cámara de hace casi 20 años, y un poco de paciencia, se puede contar una historia visual poderosa.

    Si alguna vez pasas por Paracas, no te vayas sin detenerte en Playa Roja. No solo es fotogénica, es un lugar que se te queda grabado.

  • De la iMac al Pingüino: Mi Camino al Streaming con Ubuntu y la Sony ZV-E10

    Siempre he sido de probar. Probar cámaras, lentes, lugares… y últimamente, también flujos de trabajo.
    Durante buen tiempo hice mis transmisiones en vivo desde una iMac de 27”, esa todo en uno con una GPU Radeon que, aunque no era una bestia gamer, se portaba bastante bien para lo que necesitaba. Pero un día me entró la curiosidad: ¿y si lo hago en Linux? ¿Y si lo hago en Ubuntu?

    Sí, ya sé que no es el sistema más popular para streaming. Pero si algo he aprendido en este camino, es que a veces los caminos menos transitados te sorprenden.

    El setup que decidí probar

    Tenía por ahí un CPU con procesador Intel i5-7400. Nada de otro mundo, pero confiable. Le instalé Ubuntu 22.04, más por cariño al sistema que por necesidad, y me lancé a la aventura de hacer algo que muchos dicen que no se puede (o no vale la pena): hacer streaming desde Linux.

    La clave para mí fue mantenerlo simple.

    La cámara: Sony ZV-E10, conectada y lista

    Mi Sony ZV-E10 es una cámara que me encanta. Tiene buena imagen, limpia por HDMI, y lo mejor: no tiene límite de grabación.
    La conecté a una capturadora de video USB que reconoce la señal como si fuera una webcam. Plug and play, sin dramas. Ubuntu la detectó de inmediato. Casi me emociono.

    La plataforma: StreamYard, el truco definitivo

    Aquí es donde todo encajó. En lugar de lidiar con configuraciones complicadas, codecs, o software que me hiciera pelearme con el terminal, decidí usar StreamYard. Es una plataforma que corre desde el navegador, y funciona casi igual estés en Mac, Windows o Linux.

    Fue abrir Chrome, entrar a StreamYard, y listo: la ZV-E10 apareció como cámara disponible. El audio también fluía bien, y con buena sincronía. Incluso pude ajustar la resolución, agregar overlays y banners como si estuviera en un estudio virtual.

    Lo que más me sorprendió

    Lo que pensé que sería un experimento complicado, terminó siendo una de las transmisiones más estables que he hecho. Ni recalentamientos, ni cuelgues, ni ventiladores sonando como turbinas. Solo una imagen limpia, nítida, y una sensación de: esto funciona.

    Claro, no todo es perfecto. No tengo la misma potencia gráfica que con la iMac, y hay cosas que requieren algo de paciencia. Pero si lo tuyo es más contenido que efectos especiales, este camino es más que suficiente.


    ¿Volvería a hacer streaming desde Ubuntu?

    Sí. Mil veces sí.
    Sobre todo si quieres un sistema libre de distracciones, sin procesos innecesarios y con ese toque de “yo lo armé”. Me dio gusto ver que la combinación Linux + StreamYard + Sony ZV-E10 funciona sin problemas.

    Y lo mejor: me volví a divertir en el proceso. A veces no se trata de tener lo último, sino de disfrutar el viaje.


    Mi configuración resumida

    • Cámara: Sony ZV-E10
    • Capturadora: USB genérica HDMI
    • PC: Intel i5-7400 con Ubuntu 22.04
    • Streaming: vía navegador Chrome usando StreamYard
    • Audio: Microfono Rode NT

  • El Motorshow de 1996: Mis Primeras Fotos con la Praktica MTL5

    El Motorshow de 1996: Mis Primeras Fotos con la Praktica MTL5

    Hay momentos que nos marcan sin que lo sepamos. Para mí, uno de ellos ocurrió en el Jockey Plaza, en el entonces imponente Motorshow de 1996, rodeado de autos brillantes, gente curiosa, y la promesa de un futuro que rugía como motor V8. Yo estaba ahí, con mi primera cámara: una Praktica MTL5, orgullosamente colgada al cuello, cargada con película y expectativas.

    Una cámara de acero… y emociones

    Se la pedí prestada a mi mama, quien atesoraba esta cámara. La Praktica MTL5 no era precisamente moderna ni ligera. Era de esas cámaras de verdad: de metal, mecánica, pesada y con un obturador que sonaba como si el tiempo se abriera paso. Montaba un lente 50mm, y si bien en ese momento no sabía nada de aperturas ni profundidad de campo, había algo magnético en mirar por el visor y congelar el instante.

    Y ahí estaba yo, entre Ferraris, Mercedes Benz, Camaro y toda una generación de autos noventeros que hoy ya son clásicos. La mayoría de asistentes usaban cámaras compactas o desechables. Pero yo tenía una réflex de verdad. Y eso se sentía distinto.

    El Motorshow, una pasarela de fierros

    Recuerdo cómo la luz se colaba por los ventanales del Jockey, cayendo justo sobre el capó de un Honda Prelude rojo, delineando sus curvas como si la carrocería hubiera sido esculpida por un artista. Yo apunté, enfoqué con ese enfoque manual que era todo menos rápido, y disparé.

    Una y otra vez. No tenía idea cuántas fotos saldrían bien. Solo sabía que algo en mí se activaba cada vez que apretaba el obturador. Ese día, aprendí a observar los reflejos, a moverme con la luz y a componer con los elementos que tenía delante. No era solo una feria de autos. Era un laboratorio visual.

    Cuando revelé el rollo…

    Pasaron algunos días. Fui al laboratorio con mi rollo de Kodak Gold 200, y esperé con ansiedad. Cuando tuve las fotos en mano, algo en mí cambió. Los colores eran intensos, el contraste tenía personalidad, y había una textura que no he vuelto a ver igual en lo digital. Incluso las fotos movidas tenían alma.

    Vi el resultado y pensé: ¿Esto lo hice yo? ¿Con esta cámara prestada por el destino?

    1996, los autos y el ojo que se abría

    Hoy, casi 30 años después, esas fotos siguen teniendo una fuerza especial. No por la nitidez, sino por lo que capturan. Una época. Una emoción. Un inicio. El Motorshow fue solo una excusa. En realidad, fue mi primer ensayo de fotógrafo. Ahí descubrí que una cámara puede ser una extensión del ojo… y del corazón.

    Sigo fotografiando autos, ciudades, personas y detalles. Pero esa Praktica MTL5 fue la que me dio el primer empujón. Y el Motorshow 1996, el primer escenario.

    Las fotos

    Revisando mis archivos, encontré los escaneos de ese rollo mágico. Las comparto aquí, como testimonio visual de una época donde los autos eran más mecánicos, el diseño era pura emoción, y la fotografía era un ritual.

    Lo que vi y capturé:

    1. Ferrari F355 Berlinetta (amarillo)
      Un clásico absoluto de los noventa. Motor V8, líneas perfectas. Este fue uno de los autos que me hizo entender lo que era el diseño italiano.
    2. Chevrolet Camaro Convertible (cuarta generación)
      Rojo encendido, brutalmente noventero. Línea agresiva, capota abierta.
    3. Chevrolet Cavalier Convertible
      Más sencillo que el Camaro, pero con el mismo espíritu americano de libertad sobre ruedas.
    4. IndyCar – Marlboro Team Penske #9
      Un bólido de otro mundo. Puro nervio y velocidad. Posiblemente un Penske PC-24 con motor Mercedes-Benz.
    5. Fórmula 1 – Peugeot/McLaren (Marlboro, #7)
      No sé si fue un modelo real o uno de exhibición, pero tenía toda la actitud de la era Prost / Häkkinen.
    6. Ford Mustang Fastback 1965 – blanco con franjas azules
      Un clásico entre clásicos. La matrícula peruana lo hacía aún más especial. Probablemente una réplica GT350.
    7. Otro monoplaza Marlboro (CART/F1)
      La presencia del Marlboro Team fue abrumadora. Era imposible no sentirse en un paddock de verdad.
    8. Concept Car futurista (microcar)
      Nunca supe su nombre. Podría haber salido de una película de ciencia ficción. Vidrios polarizados, diseño redondeado, ruedas parcialmente carenadas. Quizás un concepto nacional.

    Cámara usada: Praktica MTL5

    • Formato: 35mm (film)
    • Lente: 50mm f/1.8
    • Medición de luz interna
    • Carga manual, disparo mecánico
    • Film: Kodak Gold 200