Gracias a mi trabajo como consultor, he tenido la suerte de viajar con frecuencia, dentro y fuera del país. Algunos trayectos fueron relámpagos —de esos que apenas duran un día y uno termina con la maleta aún medio hecha—, y otros se extendieron por semanas. En medio de aeropuertos, esperas, abordajes y cielos lejanos, descubrí una rutina que aún disfruto: fotografiar los aviones y los momentos en los que estoy dentro de ellos.
Siempre me ha llamado la atención lo breve que es el tiempo que pasamos en un avión en comparación con todo lo que significa volar: el despegue, la espera, el cielo, las vistas que no volverás a ver igual. Muchas de esas escenas las capturé con un dispositivo que hoy muchos considerarían obsoleto: mi iPhone 4S.
Un celular, una ventana al cielo
Las imágenes que comparto en esta galería fueron tomadas entre 2012 y 2013, en distintos viajes, distintos países, distintas alturas. Aunque tengo fotos similares hechas con cámaras más avanzadas, decidí reunir estas en particular porque fueron hechas con el iPhone 4S, una cámara de apenas 8 megapíxeles que, en su momento, me pareció revolucionaria.
Hoy, más de una década después, me sorprende lo bien que aguantan el paso del tiempo. Claro, no hay RAW, no hay lentes intercambiables ni estabilización óptica… pero sí hay intuición, luz, encuadre y un poco de suerte.
Snapseed, Noise Master y el rescate de una época
Confieso que no tenía pensado publicar estas fotos antes. Estaban olvidadas en una copia de seguridad, hasta que hace poco redescubrí dos apps maravillosas que me ayudaron a darles una segunda vida:
- Snapseed, lo usé para enderezar horizontes torcidos, ajustar color, recuperar sombras o resaltar nubes sin tocar demasiado la esencia de la imagen.
- Noise Master, ideal para mitigar el ruido generado por el ISO alto del pequeño sensor del iPhone. No hace milagros, pero logra que la imagen respire mejor, sobre todo en condiciones de poca luz.
Ambas herramientas me permiten editar directamente en el celular, sin depender del computador. Y eso, honestamente, me devolvió las ganas de revisar este archivo dormido.
Valor en lo simple
No hay que ser tan exigentes. Estas fotos no buscan competir con equipos profesionales. Son una especie de bitácora visual personal: el ala del avión contra un cielo encendido al atardecer, la textura de una nube espesa, la pista vista desde el ventanal del aeropuerto. Son recuerdos capturados con lo que tenía a mano, que ahora —con un poco de cariño y edición— cobran nueva vida.
A continuación de imágenes tomadas con mi iPhone 4S. Algunas tienen un aire nostálgico, otras capturan instantes que quizás todos hemos vivido pero pocas veces detenido a mirar. Espero que las disfrutes tanto como yo al volver a encontrarlas.



